¿Dónde protestar que nos escuchen?
El ruido nos tapa
Este podría ser el epígrafe para una generación donde la información desborda de forma tan abrumadora, que no somos capaces de digerir, y se acumula a nuestro alrededor.
Hace no tantos años, unos pocos se dieron cuenta de lo importante que era el manejo de datos e información que de ellos se desprende, para poder crear influencias y modificar gustos, tendencias tanto en el sector de la moda, de lo social, de lo político, como en otros ámbitos de la vida; y ahí comenzó todo.
Aquellos primeros estudios de mercado, con sus primeros anuncios en las tiradas en prensa, sabanas de papel en las se envolvía el bocadillo y podías ver "GALERIAS PRECIADOS" o cualquier otro anuncio en letras MAYUSCULAS que destacaban entre las demás tipografías, o aquellas cuñas en la radio entre los descansos de Elena Francis y como no en aquella caja tonta a la que se llamó durante bastante tiempo en la que se podía escuchar la canción del ColaCao y que ya no tiene nada que ver con nuestro actual SMART TV.
Como sabemos, ha ido creciendo el arte de la manipulación, se han ido creando herramientas, cada vez más sofisticadas, unas vienen dadas por la tecnología y otras por la habilidad intelectual del propio ser humano capaz de avanzar hasta su propia destrucción. Estamos en el tiempo de las nuevas tecnologías, donde las grandes empresas han sido capaces mediante la recopilación de datos masivos (Big-data) tan de moda hoy, de crear algoritmos, ideados por auténticos sabios anónimos; que capturan nuestros gustos personales y colectivos y hacer que toda esa información fluya en su propio beneficio tanto económico como ideológico.
Hoy día nos sorprendemos cuando nuestro smartphone nos muestra anuncios de una producto después de haber tenidos conversaciones sobre él, o haber realizado búsquedas en Google, Yahoo, etc…- por poner unos ejemplos-, pero no atendemos a aquello tan importante como mostrar nuestro yo más interno dentro de esa nueva red de comunicación tan amplia como es INTERNET, allí facilitamos todos nuestros datos, aquellos que las leyes protegen de una forma bastante precaria, llamados personales, como nuestro nombre, teléfono, número de documento de identificación. Vamos, aquello que no señala e identifica como individuo dentro de una sociedad organizada y moderna, sin embargo no nos protege de nuestro devenir, en nuestra vida virtual, ¿O no tan virtual?, pues mostramos sin querer nuestro entorno, nuestro estilo de vida, denotando allí nuestro nivel económico, cualquiera puede ver que coche tenemos, que móvil usamos, en que zona habitamos, y con todo ello mostramos nuestro perfil más íntimo, hijos, aficiones, e incluso nuestras tendencias sobre política, sexuales, ideológicas, etc que se van desprendiendo de nuestros comentarios como una estela que quedará impresa en nuestros perfiles virtuales. Con todo esto y más que seguro se escapa nos dejamos a la merced de los tiburones del mercado y como no de los políticos y sus políticas; los primeros diseñaran sus estrategias de mercado, sus campañas publicitarias derivadas de todo aquello que vamos contando y se decantaran por aquellas más beneficiosas.
-Me explico: una empresa de vehículos de lujo venderá estos en un entorno donde el poder adquisitivo pueda llegar a sus precios, y no en zonas obreras donde el salario mínimo es el principal sustento de la zona. Además, deberá tener un número adecuado de habitantes, para que la probabilidad de compra sea lo suficientemente alta como para que el número de ventas sea rentable, y que además el gusto de la zona se por una o tal marca, vamos que con esto y más datos que se pueden obtener de la red y de nuestras preferencias. Esos magnates de la información son capaces de poner a las puertas de nuestra casa, ordenador o smartphone aquello que deseamos.
¡Y cómo no! - llegamos a los políticos y sus políticas, ya sean de una u otra ideología, nos someten diariamente a estudio, quien no ha oído hablar de las encuestas de intención de voto, o de los diseñadores de campaña, o de los mal llamados politólogos dedicados a análisis de datos y sin embargo, deberían adivinar el futuro de la política y no interpretarla. Todos ellos y digo todos intentan dirigir nuestra intención de voto, jugando con nuestro fuero interno.
Todos debemos tener presentes las actuales manipulaciones para el manejo de la intención de voto de la gente, jugando con lo más visceral y menos lógico, tergiversando la realidad presente para que el futuro próximo les sea más favorable, aunque no sea lo mejor para el conjunto de la ciudadanía, pues quien no estaría desacuerdo con una unión política y económica que mediante la colaboración y el buen desempeño llevase a un futuro más próspero.
“Un futuro más próspero y todos unidos”; que bien suena y seguro que a todo el que lo escucha le gusta y lo aplaude, sea de donde sea y piense lo que piense, ¿sería licito pensar de otra forma? y la realidad es muy distinta, de derecha a izquierda o al contrario, nos encontramos con ideas enfrentadas representadas por siglas y políticos al servicio de los ciudadanos, humanos y manipulables, que a través de un bombardeo constante de cuñas publicitarias, promesas varias y descalificaciones a tutiplén, nos intentan convencer que su programa político es la panacea y remedio todos y cada uno de los problemas sociales y económicos en los que vivimos actualmente.
Nada más lejos de la verdad, pero no entrare en detalle sobre la honorabilidad de nuestros políticos, ejemplos varios podemos encontrar en la hemeroteca, pues ahí está, tanto para lo bueno como para lo malo, cierto es que no podemos culpabilizar de nuestro errores de criterio a la desinformación pues como he mencionado tenemos en nuestras manos las fuentes, tan solo debemos ser cuidadosos a la hora de su verificación, la cual no es tarea fácil debido al gran número de plataformas que existen y que hoy día están de libre acceso, tenemos los blogs, como en el que estoy escribiendo esta disertación más o menos acertada pero de opinión propia, la cual puede ser leída por uno o por miles, tenemos los twits, Facebook, y muchas más plataformas donde cualquiera puede esperar su opinión sobre cualquier tema, informar de noticias o divulgar información sensible, como WikiLeaks, y todo ello en su conjunto hoy la prensa se desvirtuada en favor de una prensa más libre pero en muchas ocasiones poco veraz.
Y por fin, llego a la pregunta, ¿dónde protestar que nos escuchen? Sí tenemos tantos medios, porque es tan difícil llegar a ser escuchado, las herramientas las tenemos, ordenadores, tables, etc. ahí están, también tenemos la red (internet), las plataformas con fácil acceso, ¿cuál es el problema? - En mi modesta opinión es el RUIDO, como el nuestra antigua radio que nos impedía escuchar el discurso del orador, como en cualquier medio de comunicación hoy día también hay asociado un ruido que tapa lo importante; tenemos ruido económico como explique antes, político donde los intereses priman más que las necesidades reales, ruido social que impiden lo importante para la sociedad sea capaz de ver la luz.
Como ejemplos de ruido:
- Comisión General de las Comunidades Autónomas celebra el primer debate de la XV Legislatura
- Como que la economía se utilice mejorar la vida de los ciudadanos, siendo capaz de avanzar y promover el bienestar económico para las personas y no para las multinacionales. Tengo claro que si las empresas no tienen beneficios no existirían, pero también tengo claro que su núcleo son las personas y para ellas se debería trabajar.
Que los políticos centren su atención en la paz social y el bien estar público, sumándose a la concordia y no al separatismo, de clases, géneros, o de ubicación territorial, eliminando barreras ideológicas que lleven a un fin común.
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